domingo, 16 de mayo de 2010

El arte de una buena presentación


El pasado viernes asistí a mi acto de licenciatura en el recinto ferial de Ficoba. Al igual que ocurrió en el evento de diplomatura dos años atrás, acudió a una charla un directivo de una gran empresa. Esta vez se trataba de un alto cargo de Euskaltel.

Fue entonces cuando comenzó a dar su discurso y no tardé ni treinta segundos en perder mi atención sobre aquella charla que no era más que un discurso propagandístico sobre la trayectoria de la compañía, toda ella, relatada a un ritmo somnolente.

Mientras trataba de escuchar al buen hombre, me fijé más en el tipo de presentación que había traído. Valoré en líneas generales el tipo de discurso que se estaba marcando y pensé: ¡Qué coñazo!

No es que fuera un tema que me disgustara y por ello había perdido el interés. Puedo decir más, ¡hablaba de uno de los temas que más me apasionan! Las nuevas tecnologías.

Fue entonces cuando recordé algo que me dije a mí mismo cuando tuviera que escribir una nueva entrada en mi blog: Ion, no aburras (Sé que he caído en el pecado varias veces y considero que debo corregir el error)

Algo me vino a la cabeza, pensé que en ninguna facultad de empresariales enseñaran algo que creo que es realmente imprescindible como es el hecho de hacer buenas presentaciones que entremezclen composición, diseño y humor. Creo que sí hemos dado algún que otro seminario sobre cómo hacer presentaciones, pero al igual que muchas de las asignaturas resultan ser ponencias efímeras que se pierden en el olvido y se vuelve a caer en los mismos errores cada vez que se tiene que presentar un nuevo trabajo. No se le da toda la importancia que se merece, y realmente la tiene.

Precisamente por eso consideré que una buena presentación debe estar compuesta por los siguientes componentes:

Cuenta una historia: A la gente le gusta escuchar historias. Tienes que crear el efecto “abuelo cuenta cuentos” para que el público luche por no perderse ni un ápice de tu historia.

Dale toques de humor: Entiendo que debes ser una persona segura y seria en toda presentación, pero lo justo. Los mejores profesionales saben bromear y contar chistes sobre lo que están presentando. Seth Godin y Steve Jobs dan discursos ejemplares. Me suelo fijar basarme en ellos.

Cuida su diseño: La gente no ha venido a leer nada de lo que pone en tus diapositivas, ha venido a escucharte. Deja sólo aquello en lo que quieres que se fijen. Si es una palabra remárcala, si es un mensaje concreto, encuentra la imagen que mejor encaje. Simplifica y déjalo en lo esencial.

Imprime movimiento a lo que cuentas: Muévete por el escenario, haz gestos, interpreta una escena. Un poco de salsa en lo que cuentas, que tu historia no se quede en meras palabras, que haya vida en ellas.

Si tocamos el aspecto del diseño de una buena presentación, una de las reglas que más me gusta aplicar es la 10 – 20 – 30. Oí sobre ella hace tiempo y esta regla se basa en crear una presentación de 10 diapositivas, que la cuentes en menos de 20 minutos y que el tipo de letra que utilices no sea inferior al tamaño 30. Pero una de las claves para que tu presentación funcione es darle emoción. Si logras emocionar no importa lo que cuentes, te escucharán.

10 - 20 - 30 Creo que es una buena fórmula para que tu público no pierda la atención y que, de este modo, la presentación sea un soporte de apoyo, que seas tú el que le dé el verdadero valor más que el PowerPoint que has diseñado.

3 comentarios:

Unknown dijo...

So right, leave a e-book in dropbox for u. :)

Unknown dijo...

here http://dl.dropbox.com/u/3342179/Presentation%20Secrets1.pdf

Iván dijo...

Muy buen post,yo soy de lo que también disfruto haciendo presentaciones coloridas y diferentes
.abrazo,a ver cuando nos encontramos con una cerveza en la mano