Hoy en día resulta difícil comprender cómo un régimen como el nazi pudo gobernar Alemania desde 1933 hasta 1945. ¿Cómo se pudieron cometer tales atrocidades? ¿No sentían remordimientos aquellas personas que hacían tales actos? Y si les afectaba, por qué no fueron capaces de detener las aberraciones cometidas en aquella época.
Y es que lo llevo comentando desde hace tiempo, un sistema basado en el poder, diseñado para acatar órdenes y subordinar a unos sobre otros, es un sistema abocado al fracaso. Y simplemente porque pierdes más de lo que ganas. Un sistema así no aboga por las relaciones humanas, y este aspecto es el factor clave para que funcione de manera sostenible cualquier organización.
Los sistemas de estas características son poco ecológicos y su sostenibilidad humana no puede perdurar para siempre. Las personas buscan la libertad, puesto que es su tendencia natural, y cuando comienzan a encontrarse asidos por los grilletes de la opresión es cuando dan lo peor de ellas mismas.
Ayer hablaba con mi amiga Soraya sobre el artículo publicado en el que hablaba de los estilos de liderazgo me comentaba que valoraba el tipo de liderazgo democrático, considerándolo como el mejor de todos. Pero me afirmaba por otro lado que existía un tipo de personas que prefieren acatar órdenes, esto es, que por sus capacidades prefieren que les digan lo que tienen que hacer y de este modo, hacerlo. Y todo esto es cierto, hemos sido educados para recibir órdenes por un superior y acatarlas. Jamás hubiéramos hecho muchas de las cosas que hemos hecho en nuestra vida si no nos hubieran mandado hacerlas. Considero que este modelo no es válido para nadie de manera eterna. Cuando adquieres una serie de habilidades que te capacitan para obrar por tu cuenta, adquieres otro estado en el que ya no valen las órdenes, quieres hacer las cosas que consideras que debes hacer sin que nadie te diga cómo hacerlas. Te conviertes en un emprendedor dispuesto a dar más, y si el sistema está diseñado para que escales, escalarás. Porque sabemos que en el sistema actual, en el que siempre hemos vivido, al que siempre nos hemos visto expuestos tiene los mayores índices de libertad en las zonas más altas.
Por otro lado, nos hemos autoconvencido de que si nos pagan tienen derecho a pedir de nosotros lo que sea. Parece que nuestra libertad tiene un precio marcado en euros y la gran mayoría de nosotros somos capaces de hacer cualquier cosa si nos piden hacerlo. Este es el sistema en el que vivimos, en el que nos han enseñado a vivir y a mí particularmente me aterra.
En el siguiente video se expone un experimento realizado por Milgram en 1961 confirmando de algún modo que somos capaces de cometer atrocidades si éstas han sido ordenadas por un superior. Para el que no esté de acuerdo con eso de que no tenemos un precio, de que no todos acatamos órdenes si no queremos, aquí va una referencia que lo confirma, y para los que digan que no todos somos así, yo les digo que 2/3 de nosotros por lo menos sí que lo somos según Milgram ;)
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