Si tuviera que predecir cómo será mi trabajo de aquí a 10 años podría decir que no tengo ni la más remota idea. Bien, para mí, pese a que muchos les desconcierte esto, a mi me parece una buena señal. El trabajo de hoy está cambiando y quién sabe lo que podrás acabar haciendo en un futuro.
Sales de la carrera de empresariales como el más ingenuo de los estudiantes que ha aprendido contabilidad, derecho, logística y muchas otras cosas pero que parece que no tienen nada que ver con el mundo laboral. Yo lo llamo la jungla… Estuve allí durante un año y creo que no me equivoco cuando digo que es muy diferente a la “burbuja universitaria”.
Eso no es todo, llegas a “la jungla” y dices: ¡bien, por fin puedo poner en práctica todo aquello que he aprendido! Pero te das cuenta de que es allí donde realmente aprendes cómo funciona el juego. Cuando sales de la universidad adquieres conocimientos, pero esos se olvidan fácilmente. Estamos muy acostumbrados a asimilar datos para luego vomitarlos sobre la hoja de papel.
Con esto no quiero decir que hubiera sido mejor no haber hecho una carrera y haber optado por sumergirme en el mundo laboral de cabeza. Pero viene muy bien saber qué se cuece por ahí fuera. Yo lo hice el tiempo suficiente para darme cuenta de que debía reconocer que no he aprendido ni la decima parte de todo lo que debo aprender a lo largo de mi vida.
En la universidad aprendes a aprender, y después de saber cómo funciona el mundo exterior, das más valor a la vida universitaria. Y considero que una buena formación inicial es el método más eficaz para propulsar a las personas a ascender a lo más alto. Yo lo compararía con un cohete que viaja al espacio. Para elevarlo necesitas una gran cantidad de energía (en nuestro caso, una buena formación), pero una vez que sale de la órbita de la tierra, la energía requerida es mucho menor. En este aspecto, si saliste al espacio (el mundo laboral) con la energía justa, es posible que entres en la órbita de la tierra para quedarte allí durante el resto de tus días. La formación, por así decirlo es el trampolín del éxito en el mundo laboral y permitirá que no te quieras quedar estancado en un mismo puesto el resto de tus días.
Este último año he aprendido muchas cosas, incluso me he comenzado a preocupar por temas relacionados con lo que estoy estudiando. Ya no es cuestión de “sacar la carrera” a toda costa. Hoy le doy importancia a todo lo que voy a poder aplicar allí fuera. Porque sé que las cosas están cambiando y el panorama es duro y vamos a necesitar tener el coraje suficiente para afrontar una situación de la que nos responsabilizaremos directamente. Y cuando todo vuelva a ir como es debido diremos: “mirad, nosotros conseguimos salir de aquella situación”.
Cuando unos dicen “crisis” yo digo “oportunidad”, los japoneses me lo enseñaron. Y es ahora cuando personas con imaginación pueden hacer algo por cambiar el curso de la historia. Ya lo decía Einstein: “En momentos de crisis es más importante la imaginación que el conocimiento”. Somos nosotros los responsables de cambiar este panorama, somos nosotros, los jóvenes, el revulsivo económico y social.
Retomando un poco el inicio de esta publicación, si tuviera que predecir en qué ámbito trabajaré en el futuro, me gustaría poder decir que yo sabré manejar ideas. Mucha gente se sorprende cuando digo cosas como esta, lo probable es terminar trabajando en un banco, en una gestoría o en cualquiera de esos trabajos que ya conocemos. ¿Y si el trabajo que desempeñe todavía no existe? ¿Y si estamos en la era de la reinvención empresarial? ¿Y si acabo montando mi propio negocio?
Es una simple divagación pero espero que el tiempo me dé la razón para así poder decir que acabé dedicándome a algo parecido a lo que mencionaba a comienzos del 2009.
Dejo aquí un video de Seth Godin, un hombre que trabaja con ideas. Yo me he anotado las siguientes ideas sueltas:
- It is not having good ideas, the question is to spread them properly.
- Be remarkable
- Safe is risky
- Being very good is not so good
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