lunes, 8 de diciembre de 2008

Siddharta


«Esta piedra sólo es piedra, no tiene valor, pertenece al mundo de Maja; pero como en el circuito de las transformaciones también puede llegar a ser un ente humano y un espíritu, por ello le doy valor». Así, quizás, hubiera pensado antes. Pero ahora razono: esta piedra es una piedra, también un animal, también un dios, también un buda; no la venero ni amo porque algún día pueda llegar a ser esto o lo otro, sino porque todo esto lo es desde hace tiempo, desde siempre. Y, precisamente, esto que ahora se me presenta como una piedra, que ahora y hoy veo que es una piedra, justamente por ello la amo y le doy un valor y un sentido en cada una de sus líneas y huecos, en el amarillo, en el gris, en la dureza, en el sonido que produce cuando la golpeo, en la sequedad o humedad de su superficie.

Ayer terminé de leer Siddharta, es simplemente genial. Me llamó la atención el post que Nacho dejaba hace unas semanas. Le pedí el libro y pese a tener algún otro entre manos, no pude dejar éste a un lado. Debo reconocer que no me enganchó demasiado la primera vez que lo leí, pero a medida que iba adentrándome en la lectura me fue maravillando poco a poco. Finalmente y cuando llegué al capitulo final, hoy podría decir que es uno de los fragmentos más bellos que he leído hasta el momento.
Haciendo referencia a otros relatos procedentes de la India (Hermann Hesse es alemán, pero sus obras contienen el espíritu de ese país) debo mencionar el Bhagavad Gita, que está considerado como uno de los poemas épicos más destacados en la India. Estoy a media lectura, ya iré comentando acerca de esta lectura. Más adelante quizás me veais adorando al elefante con seis manos y empiece la moda del punto rojo en la frente. ;)

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