sábado, 31 de enero de 2009

vagabundo



Lamento escribiendo,
Cerrando las puertas de mi propio talento.
Respiro, vivo y a la vez me rindo,
Soñando, luchando, segando el latido.
Pasado de rosca,
creciendo hacia dentro,
mutando sin dejar de lado un gemido,
cuando miro el sol que sale al amanecer,
y por la tarde olvido.
No lo despido.
Trazando una línea, matando el sentido.
Comiendo, bebiendo, durmiendo.
Sediento...
Gritando al vacío,
escuchando el sonido.
Siguiendo mi estela y llegando al mismo destino.
Sin sentido...
Dejando caer una tarde y otra,
mutando la piel,
vistiendo un mismo abrigo
color desteñido.
Gris reluciente y mangas raídas.
Falta el hilo.
Como un vagabundo,
adormecido...
Cobrando el sentido.
Un brick de vino,
un carro escondido,
limosna de dios.
De la mano al bolsillo.
Y otro vino.
Compungido.
Sin piel y con el mismo puto abrigo.
Roído, carcomido
en mi piel se ha cosido.

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