domingo, 15 de marzo de 2009

El arte y la contaminación metódica


Vivimos en la era del método, de la organización, del control sobre lo que nos rodea.

Cuando creamos arte nos vemos obligados a seguir doctrinas cartesianas. Somos entes construidos sobre un patrón que responde de manera sistémica a todos los estímulos. Nuestro libre albedrío quedó atrás, dejó de cobrar valor desde que comenzamos a asimilar conceptos que siguen un orden lógico. Cambiemos este pensamiento, hagamos las cosas que no están previstas, utilicemos nuestros sentimientos para romper la rutina. La locura es un símbolo de pérdida de una conciencia metódica. La locura está mal vista pese a que está fundamentada en los más coherentes y bellos desvaríos mentales. Nos hemos acostumbrado a verlo como algo poco común y por lo tanto negativo.

Cada acción está condicionada por todo acto anterior. Incluso las emociones ya son deliberadamente escogidas. ¡Qué horror! Qué no nos quiten lo único que no puede ser clasificado como lógico. Seamos libres sintiendo lo que cada uno deba sentir, no lo que cada uno haya aprendido a sentir.

Clasificamos y censuramos todo lo que nos llega y finalmente exteriorizamos todo aquello que previamente ha pasado por el filtro impuesto por nuestra cultura.

La cultura forma parte de los hilos que mueven nuestro cuerpo, que vacían nuestra mente. Seguimos teniendo algo de manera implícita. Algo que nos hace nosotros. Es momento de sacarlo y de este modo seamos capaces de desviarnos del sistema del cual nos vemos subordinados. Cortemos los hilos, ya no a nivel general, ya que puede sonar muy pretencioso. Es como decirles a los peces que vacíen el mar. Ellos nacieron ahí y son parte de un entorno del que se ven dependientes. Pero en intervalos cortos estos peces también salen del agua. La evasión es una forma de vivir en un entorno del que no procedemos. No podemos ser libres, pero podemos saltar para creer que al menos somos capaces de bolar por un instante.

Que no nos roben los sueños, porque la imaginación es lo más preciado que nos fue otorgado ya que a través de ella podemos ver lo que no nos puede hacer ver la realidad. Vive en este mundo, compréndelo y acéptalo, pero nunca dejes de soñar, porque soñando eres capaz de romper todas las reglas que nos impone el mundo lógico.

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