jueves, 5 de marzo de 2009

Este lugar me aporta cosas buenas



Imagen de Eduardo Recife, artista brasileño

Llevo tiempo replanteándome si es posible diseñar entornos que favorezcan el bienestar. Todos habremos podido apreciar que existen lugares en los cuales se pueden percibir buenas vibraciones. Son escenarios en los que fácilmente podemos identificar un aspecto muy importante y que debería darse en cualquier hábitat humano, la predisposición a sonreír.

La sonrisa es la más positiva de todas las expresiones emocionales, y si un escenario es capaz de promoverla me gusta fijarme las causas que conducen a tal efecto.

Está claro que existen lugares donde nos sentimos más cómodos, donde la comunicación es más fluida, donde la creatividad parece surgir sola. Es cierto que esto tiene mucho que ver con las personas con las que nos relacionamos, pero, ¿Puede existir alguna relación entre este tipo de actitudes y el entorno físico en el que nos encontramos? ¿Este tipo de escenarios están provistos de una serie de características que transformen a las personas que interactúan en él?

Son muchas las preguntas que me he hecho con respecto a estos temas, y hoy tengo la oportunidad de descubrirlo y compartirlo de manera formal. El proyecto en el que estoy trabajando puede sonar algo alocado, quizás utópico, pero todo gran proyecto comienza con ideas que pocos comprenden. No sé a dónde me llevará esto, pero cuando intuyes algo que no sabes a dónde te puede llevar, lo mejor es guiarte por tu intuición, perderte en este universo lleno de posibilidades y encontrarte de nuevo habiendo adquirido algo que no deja de ser realmente importante: el conocimiento y la experiencia.

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