miércoles, 26 de agosto de 2009

Gestión sostenible y consumo "verde"


Si bien es cierto que nuestra madre tierra lleva décadas sufriendo un serio deterioro como consecuencia del impulsivo consumo que han perpetrado las sociedades desarrolladas, es en estos días cuando personalmente considero que se ha instaurado en la mente colectiva de dichas sociedades la necesidad de tomar medidas serias.

Hasta hace unos años, de este impacto no interesaba hablar puesto que se seguía ateniendo a un valor que tienen muy presente los consumidores: "Cuanto más barato mejor". Por otro lado, se puede atender a una nueva tendencia que se está dando en el consumo del nuevo siglo. El nuevo mantra del éxito atiende a: "Más ecológico, más saludable y más humano". Lo "verde" vende más que nunca, pero de momento muchas de las organizaciones no atienden a estos valores, y muchas otras que han empezado a comprender que deben responsabilizarse con su entorno solo hacen gala de una imagen de ecologismo sintético. El caso es que ningún producto es 100% verde, pero se puede hacer mucho para reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera y mejorar los procesos que reduzcan la utilización de productos químicos perjudiciales para la salud.

Hoy, esta nueva tendencia que atiende al concepto de "gestión sostenible" está siendo marcada en ocasiones por algunos de los grandes monstruos que tratan de acercar al consumidor a un compromiso medioambiental. Zara ha estrenado recientemente su primera tienda "verde". Cocacola por su parte, está procurando que sus consumidores miren la procedencia de la bebida (cuanto más lejana sea la procedencia, más emisión de CO2 a la atmósfera a causa del transporte)

Por otro lado, figuras influyentes, entre otros el presidente Obama, que aboga por una alimentación sana y de productos orgánicos van a ser catalizadores de este cambio de actitud de "consumo ecológico". Éste acaba de plantar una pequeña huerta en los jardines de la casa blanca, y es de aquí donde extrae gran cantidad de los alimentos para un autoabastecimiento (Luego ya tienen un chef, eso sí, que les prepara la comida cada día).

Pero debemos tener en cuenta que si buscamos una gestión sostenible no sólo debemos considerar el aspecto medioambiental. Son tres las principales dimensiones que atañen a una organización sostenible: La biológica, geológica y social. Esto es, productos que no afecten a la salud de las personas, que preserven el medio ambiente y que además no permitan condiciones de precariedad laboral (sueldos dignos y condiciones laborales apropiadas)

Es posible que en un futuro los productos lleven incorporado un indicador de sostenibilidad. En este indicador constará cuál es el impacto causado sobre el medio ambiente y para la salud (tanto de los trabajadores como de los consumidores) como consecuencia de la fabricación de cada una de las unidades o lotes producidos. De esta manera, el consumidor se verá influenciado a la hora de comprar un producto o dejar de hacerlo, en función de la magnitud que dicha cifra refleja.

Esto no hará mucha gracia a las empresas que tengan productos con un indicador muy alto, pero se convertirá en un estandar que deberán reflejar su nivel de "compromiso sostenible". Aunque esto se establezca por ley, el que marque la diferencia de qué comprar y qué no será el propio consumidor. La transformación a un mercado más transparente invertirá el impulso del consumo, que si antes era tomado a riendas por el poder mercantilístico de las grandes multinacionales, dicho poder pasará a ser tomado por los consumidores, que elevarán o hundirán el valor de las marcas en función de su compromiso medioambiental, biológico y humano.

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