sábado, 19 de septiembre de 2009

Demorar la recompensa

Uno de los autores que más me han marcado a lo largo de mi vida ha sido Daniel Goleman. Hace años leí Inteligencia Emocional, posteriormente Inteligencia Social y en estos momentos me encuentro inmerso en su nueva obra Inteligencia Ecológica (No se si al considerarme siempre como alguien con escasa capacidad intelectual ha provocado una necesidad de conocer un poco más sobre inteligencia en sí)

El caso es que una de las cosas que más curiosidad me causaron en su primer Best Seller Inteligencia Emocional fue lo que él denominaba la demora de la recompensa. Una persona emocionalmente inteligente es capaz de decidir y no dejarse llevar por los estímulos externos. Para explicar la demora de la recompensa ponía el ejemplo de un experimento que se efectuó en un colegio donde los niños eran colocados en una de las aulas y se les entregaba un dulce. La profesora les explicaba que si después de un un rato permanecían sentados sin comerse el dulce que tenían delante se les entregaría otro como recompensa.

El experimento demostró después de unos años que aquellos niños que habían permanecido sin comerse el dulce, se convirtieron en personas con puestos socialmente más altos que aquellos que no habían podido aguantar la tentación.

Veamos el video que ejemplifica dicho experimento:

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